Este es un post que llevaba mucho tiempo queriendo escribir pero cada vez que lo intento, me enfado. Porque no soporto los tópicos en el tema del embarazo y crianza y resulta que una de las frases que he oído mucho mucho desde que dije que estaba embarazada de mi tercer hijo es «el tercero se cría solo pero así», con el tonito de:
«Bah! El tercero se cría solo»
Hoy te respondo y le respondo desde aquí a cada persona que me ha dicho eso:
El tercero se cría solo, ¡Ja!
De hecho, el tercero se cría en MUCHA, MUCHA, MUCHA, MUCHA COMPAÑÍA.
El tercero, de hecho, nunca, jamás, ever, never está solo.
Nunca jamás.
De hecho, cuando el tercero vuelve de la guardería y ve que en casa solo estamos él y yo se sienta en el suelo, me mira con cara de desconsuelo y me dice: «No tatos» y hace un puchero.
Sé que la frase no va con ese sentido sino que quieren decir que la madre cría a un tercer hijo sin ningún esfuerzo y quiero resaltar lo falsísimo que es esta afirmación.
Un bebé, sea tercero, primero u octavo requiere mucha atención, mucho cariño, mucha conversación personal y mucha atención dedicada.
El tercero tiene derecho a tener a su madre todo el tiempo que lo necesite y eso es mucho cuando es recién nacido.
El tercero no es menos que le primero y no es justo que tenga menos atención que éste.
Cada bebé es único y por tanto, necesita atención única.
La vida de una trimadre
Una madre de tres hijos tiene el mismo tiempo que una madre de uno y en ese tiempo tiene que atender a tres.
Se sentirá culpable cada minuto de su vida porque no puede dedicar atención exclusiva habitualmente a uno de sus hijos sino que tienen que compartir el tiempo y espacio generalmente.
Confiará en que el resto de sus hijos lo entiendan, lo comprenda y aprendan a vivir con ello.
Estando embarazada del tercero hablando con mi madre un día que mis hijos mayores se estaban portando fatal le miré y le pregunté:
-
«A mucho peor no puede ir, ¿no?». Su respuesta fue: «Hija, Cada hijo es uno».
Mi madre, sabia como es, y madre de 4 sabía y sabe, que cada hijo es uno.
Y 3 son 3.
Uno de los días en que he intentado escribir este post en el último año, estaba yo en la piscina sola con mis 3 hijos.
Pensaba en escribir este post mientras quitaba 3 pantalones, 3 camisetas, 1 calzoncillo, 1 braga y 1 pañal y ponía 3 bañadores, 3 gorras. Aplicaba crema en 6 brazos, 6 piernas, 3 torsos, 3 caras y 3 espaldas todo ésto intentando que ninguna de mis criaturas saliera disparada al agua hiperexcitadas por el inicio de las vacaciones escolares.
Cada hijo tiene 2 brazos que meter en el jersey, 2 piernas que meter en los pantalones, 2 zapatos que calzar, 1 cabeza pensante, y un discurso que debes escuchar y eso requiere mucha mucha atención.
Así que multiplica por 3.
Además de tener que atender necesidades físicas, intelectuales y emocionales de tres hijos entre ellos, obviamente, interaccionan.
Y cuanta más gente hay, más interacciones hay.
Positivas y negativas, obvio.
Y empiezan los conflictos.
Y empiezan los «equipos»
Pero también empiezan los juegos compartidos
Y las risas.
Y el sentirte hermano y salir corriendo a defender a tu hermano si alguien le quita su juguete en el parque.
Y el ver cómo el corazón de tus hijos mayores se derrite al ver los pequeños o grandes avances de «su bebé».
Y saber que todo el esfuerzo, el cansancio y agotamiento tiene sentido porque estás creando una familia basada en quererse, compartir y hacer «equipo». Una familia numerosa.
«El tercero nace aprendido» o «el tercero se las sabe todas».
Mi tercero no nació aprendido.
Pero ha tenido 2 maestros espectaculares, de su tamaño y que se mueven a todas horas, enseñándole todas sus habilidades: saltar, correr, gatear, tirarse por el tobogán, etc.
Mi hijo pequeño se subía y tiraba solo por el tobogán con año y medio mientras el resto de padres del parque me miraran como si estuviera loca por dejarle hacerlo.
A los pocos meses de empezar con los purés me dijo, a su modo, que me los comiera yo. Que él quería macarrones como sus hermanos.
Quien dice macarrones dice alubia verde, borraja y todo lo que toque pero en trozos bien grandes como los de sus hermanos. Y con tenedor o cuchara que quiere coger él. Cosa que dificulta las comidas los primeros mese pero que ahora me viene bien.
Mi hijo pequeño tampoco quiere ya la trona.
Él, con 20 meses quiere sentarse a la mesa con todos.
Mi hijo pequeño no nació aprendido pero aprende cada día a una velocidad de vértigo porque tiene 2 maestros excepcionales.
Y la realidad es que aprende lo bueno pero también lo malo.
Ser el tercer hijo estoy segura de que deja una huella de identidad especial.
En mi caso, además, mi tercer hijo es el pequeño de la casa y eso estoy segura de que define mucho sus roles, su papel en casa. Su protagonismo especial y el montón de mimos que recibe.
¿Tener un tercer hijo?
Es una decisión personal y de pareja.
Como te comentaba en el post sobre «¿Cuántos hijos tener?»
La pregunta: «¿Debería tener un tercer hijo?» creo que debería ser más bien: «¿Quiero tener un tercer hijo?».
Yo he escrito este post para que sepas que un tercer hijo no se cría solo.
Eso es una mentira gordísima. Un tercer hijo conlleva mucho trabajo, igual que un primero y un segundo. Eso sí, tener un tercer hijo transforma tu familia definitivamente y en mi caso el balance es muy positivo.
¿Cómo se cría un tercer hijo?
Pues como te decía, el tercero se cría siempre siempre siempre en compañía pero sobre todo, el tercero se cría con mucho amor.
Por casualidad, mi tercer hijo es tan mono, tan simpático, tan zalamero, tan precioso, tan cariñoso, tan mimoso… todo lo que te diga es poco. Es un regalo.
Y le queremos todos muchísimo.
Al fin y al cabo, a mi primer hijo le queríamos TODO sus padres pero a mi tercer hijo, le queremos TODO 4 personas. Sus padres y sus dos hermanos mayores.
Y sentirte y saberte tan querido y por tanta gente, tiene que dejar a la fuerza una huella muy buena en el corazón.
O con esa esperanza se lleva mejor el esfuerzo de criar a tres niños…
4 respuestas
Qué post tan precioso. Tengo que decir que esta frase ya me resuena en la cabeza para decidirnos por un tercero.
«Al fin y al cabo, a mi primer hijo le queríamos TODO sus padres pero a mi tercer hijo, le queremos TODO 4 personas. Sus padres y sus dos hermanos mayores.»
Qué bien has podido expresar y trasmitir con palabras el ambiente de un tercero. Gracias
Gracias a ti Lorena!!
Un abrazo y ya me contarás si te animas al tercero finalmente !!
jejeje, me encatna lo que has escrito, así que el tercero se cría solo. Sólo las que hemos tenido tres hijos sabemos lo que es cierto. gracias por el post, muy curioso
Gracias cositas por tu comentario.
Sí, en realidad, solo las madres de tres sabemos qué es eso…
Las que tienen más, para mí, son directamente SUPER HEROES!
Un abrazo y gracias a ti por comentar, Ana