Sí, el lado oscuro de la maternidad del que se está hablando muchísimo estos días en las redes y blogs maternales existe y es real. Y yo te quiero dar mi visión del lado oscuro de la maternidad. Lo negativo de la maternidad. Porque ser madre puede ser y es muy duro a veces.
El lado oscuro de la maternidad tiene muchas formas, muchas causas y muchas «culpables».
La primera vez que descubres el lado oscuro de la maternidad suele ser a las pocas horas de dar a luz cuando un torrente de hormonas invade tu cuerpo y tu mente y te convierte irremediablemente y para siempre en una persona distinta a la que eras unas horas antes del parto.
Se ha comprobado científicamente que la estructura cerebral de una mujer cambia físicamente al ser madre. Los caminos neuronales que recorre la información en nuestro cerebro cambia irremediablemente y para siempre.
Por eso estás más despistada, por eso hay cosas que te duelen ahora y que antes te resbalaban.
Por eso te conviertes en una leona cundo algo o alguien amenaza a tu cría.
Por eso el llanto de tu bebé recién nacido dispara en ti un estado de alerta y nervios que nadie había conseguido nunca despertar en ti.
El lado oscuro de la maternidad: el agotamiento.
Descubres el lado oscuro de la maternidad cuando estás tan agotada que no puedes más y solo quieres llorar.
Pero llorar es una actividad física y cansa mucho así que estás tan cansada que ni lloras.
Cuando tu bebé se ha despertado 10 veces en una noche y no has conseguido dormir 1 hora seguida.
Cuando piensas que por fin has conseguido dormir a tu bebé tras 1 hora de paseo, nanas, mecerle, teta y todo lo que se te ha ocurrido. Le dejas en su cuna y cuando estás poniendo tu mano en la manilla de la puerta de su habitación para salir, empieza otra vez a llorar.
Ser madre te lleva a un límite de tu tolerancia física extremo y es agotador.
Y este agotamiento no solo es físico. También me refiero a un agotamiento psicológico por atender a una personita que depende 100% de ti. Que no se puede despegar de ti y que te necesita tanto.
Ser tan imprescindible es mucha responsabilidad y cansa mucho.
Yo he llorado mucho de sueño y de cansancio.
El lado oscuro de la maternidad: la crítica
La sociedad, tu entorno, tu familia si me apuras, todo el mundo tiene una opinión sobre tu maternidad.
Todos se creen con derecho a opinar y juzgar lo que haces con tu bebé.
Todos creen que saben qué es lo correcto y qué necesita tu bebé menos tú y, aunque sabes racionalmente que es una mentira gordísima, te hacen dudar de ti misma y tu capacidad para ser una buena madre.
El enemigo está en la puerta del colegio. Son las otras madres. Y eso es tristísimo.
Las otras madres a las que si dices que tu hijo tarda 5 minutos en leer una hoja ellas te responden que su hijo se sienta solo a hacer la tarea y lee un libro entero cada noche él solito. Vamos, recita el quijote en verso de memoria y tú te quedas con cara de idiota entre la duda de si la otra madre te miente descaradamente y el miedo de que tu hijo sea menos capaz que los demás.
El lado oscuro de la maternidad: las opiniones contrapuestas de los «expertos»
Tú quieres hacerlo bien. Quieres acertar sobre todo porque quieres muchísimo a tu hijo pero recibes miles de opiniones contrapuestas.
Que si mejor teta. Que si mejor biberón.
Que si mejor no dejar nunca llorar. Que si mejor dejar llorar (bueno, ésto ya no lo dice casi ni Estivil… porque es objetivamente malo).
Que si mejor ser buena madre. Que mejor ser mala madre.
Que mejor ignorarle en las rabietas. Que mejor atenderle y acompañarle.
Que mejor ayudarle en los deberes escolares. Que mejor que las haga él solo.
Que si……. Que si….
Mil opiniones. Tantas como expertos. Y tú nadando en medio de ese caos de información intentando hacerlo lo mejor posible.
El lado oscuro de la maternidad: la sociedad
La sociedad impone a la mujer un papel imposible.
Se nos exige (que no pedir, sino exigir):
- ser inteligentes y estar preparadas con nuestros estudios: carrera + 5 masters + trabajos exitosos.
- ser buenas amigas de nuestras amigas,
- tener una vida personal plena,
- leer 3 libros a la semana,
- atender a nuestros hijos siempre con alegría y a tiempo,
- saber cocinar cupcakes con su frosting de queso y todo,
- ser amantes de nuestros maridos o parejas y mantener la pasión y el deseo vivos como el primer día,
- estar estupendas porque hacemos ejercicio y dieta estricta. Por supuesto, sin harinas, azúcar o chocolate.
Y todo esto contentas y sin quejarnos, que la tristeza y la queja están muy mal vistas.
El lado oscuro de la maternidad: el tiempo y la prisa
El tiempo es implacable. Corre mucho
Pero también es tremendamente justo por ser del todo equitativo.
Todos tenemos 24 horas al día. Exactamente las mismas.
Y en esas 24 horas no cabe todo.
Tener que hacer tantas cosas en tan poco tiempo lleva a la prisa.
Y la realidad es que la prisa y los bebés o los niños no se llevan bien porque el ritmo de la infancia es lento. Más lento cuando más pequeño es tu hijo.
Aprender a respetar el tiempo y la velocidad adecuada que necesitan tus hijos es muy difícil cuando vivimos a golpe de reloj y silbato.
El lado oscuro de la maternidad: las expectativas frustradas
Yo diría que las expectativas frustradas es el quid de la cuestión del lado oscuro de la maternidad.
Y de todo en la vida en realidad.
Cuando la realidad no se ajusta a nuestras expectativas, nos genera frustración.
Pero es que la realidad NUNCA, JAMÁS, EVER, NEVER se va a ajustar a tus expectativas cuando se trata de interacción con otras personas.
Porque las personas, de por sí, somos imperfectas e impredecibles.
Es todavía más difícil cubrir las expectativas de otro sobre todo cuando acabas de nacer y estás aprendiéndolo todo.
Y las personas no sabemos gestionar demasiado bien la frustración así de serie.
No nacemos con la tendencia a tolerar y gestionar bien la frustración sino más bien la frustración nos genera miedo, ira y hasta cólera en determinados momentos.
Y esto me lleva al último punto que trataré hoy en el lado oscuro de la maternidad:
El lado oscuro de la maternidad: mi mala gestión emocional como madre.
Que mi hijo despierta en mí las emociones más increíblemente fantásticas y las más horriblemente horrorosas es un hecho.
Y que el tuyo las despierta en ti, también.
Cuando eres madre a veces te sientes superada y eso te genera una emoción negativa que notas hasta en el estómago.
Esos pensamientos horribles.
Ese grito que te nace desde dentro y que a veces no consigues retener y sale hacia fuera en forma de ira.
Esa sensación de querer irte de tu vida y no volver.
Todo eso daña tanto y hace sufrir porque no sabemos gestionar bien nuestras emociones.
Dice Shakira que «Es mejor cuando hay que hablar de dos, empezar por uno mismo«.
Pues en la maternidad, que es una relación de dos: tú y tu hijo, tienes que empezar por hablar de ti misma.
¿Por qué genera en mí esta rabia tan grande que mi hijo no se duerma?
¿Qué me hace querer gritarle o perder el control y le grito cuando hace algo mal?
¿Por qué me exaspera que vaya tan despacio mirando cada hormiga que hay en el suelo?
¿Qué causa en mí la crispación que siento cuando no come lo que yo le he preparado con tanto esfuerzo?
¿Por qué me molesta que quiera jugar conmigo cuando a mí no me apetece nada?
No tengo la respuesta.
No tengo la solución.
Lo que sí sé seguro es que el problema no está en tu bebé.
Tu bebé es la luz y la «fuerza«, por usar un símil un poco friki de Star wars, es el amor profundo que sientes por él.
Él es el inocente en toda esta historia y el que sufre las consecuencias de nuestra pobre gestión emocional.
Que tampoco es culpa nuestra, ojo.
Que nosotras hacemos lo que podemos con la mochila que nos han dado…
Pero que tenemos la oportunidad de hacerlo mejor ahora que la inteligencia emocional se ha descubierto y se está trabajando.
Y como nos dijeron el otro día en una charla en la escuela de padres, «lo que depende de mí, lo puedo cambiar«.
Así que la esperanza en todo ésto es que yo sí puedo trabajar la propia gestión de mis emociones para vivir la maternidad más cerca de la luz que del lado oscuro.
¿Qué es para mí ser madre? ¿Estoy en la luz o en el lado oscuro?
Pues a ratos, la verdad y para ser honesta.
En este post te contaba qué es para mí ser madre.
¿Qué opinas? ¿Cuál es el lado oscuro de tu maternidad?
9 respuestas
¡Uf! Tu post me ha llegado. Justamente hoy he escrito algo sobre la maternidad en una sociedad patriarcal y los opinólogos (letrados o no). Desde acá te envío un fuerte abrazo sororario.
Gracias por tu comentario Alejandra. Uffff… los opinólogos… y las opinólogas… ¡Qué pereza dan! Un abrazo, Ana
Que bueno este post, cuanto me he identificado. Jamás pensé que ser madre era emocionalmente tan duro, negarte como persona, pasar a un segundo plano, olvidar que eras para ser alguien nuevo y no se si necesariamente mejor.
Nos hemos preparado tanto para ser mujeres independientes que ahora, «la mochila» de nuestro hijo pesa tanto…
Y mira que lo queremos con locura, que no quieres ni que el aire lo toque, pero que dificil, que dificil…
Gracias Brujapiti por tu comentario!
Sí, ser madre es emocionalmente muy duro y un reto minuto a minuto.
Ayer en concreto tuve a mis tres hijos llorando a la vez por cosas distintas en casa. Un momento maravilloso, vamos…
Luego hay ratos en que tengo a los tres bailando y riendo y esos son los mejores y los que compensan.
Con lo de la mochila más bien me refería a nuestras propias historias, carencias y fallos que llevamos todos los días en el interior de nuestro corazón y que nos hace reaccionar como lo hacemos ante todas las cosas de nuestra vida.
Mil gracias por comentar y un abrazo, Ana
Hola Ana me ha encantado el post y me he visto identificada sobre todo en la gestión de las emociones como puedo covertirme en mister hyde por verme en ocasiones superada porque mi marido no ha llegado del trabajo mi hija mayor necesita ayuda con las tareas la mediana que solo tiene 2 años y medio quiere que juegue con ella y la bebe de 9 meses esta con los dientes y ni aupas se calma además hay que hacer la cena y preparar un disfraz para el colegio. Hay días que ves que no llegas a todo y saldría corriendo antes de soltar un grito que tiemblan las paredes y desde luego no merecen. Menos mal que hay más horas de luz que de oscuridad.
Hola Silvia.
Te entiendo tanto!!!!! Lo de tres hijos además es una locura. Este año publicaré varios posts sobre lo que es ser familia numerosa porque somos muchas las mamás «superadas en número» por nuestras criaturas.
Sí, hay días de luz y de mucha luz y sabemos que una sonrisa y un «te quiero» lo compensa todo pero la oscuridad está ahí y todas las madres la hemos visto y la visitamos con más o menos frecuencia.
Gracias por tu comentario. Un abrazo, Ana
Me ha encantado este post Ana, yo no lo habría dicho mejor. Estoy totalmente de acuerdo con todo lo que dices en cada punto, sobre todo al final, que nuestros hijos son los inocentes en esta historia. Dependen de nosotros para crecer, para sobrevivir, desde que nacen hasta que puedan valerse por si mismos (o incluso entonces también nos necesitarán!). Y tenemos que estar ahi, porque son nuestros hijos, no son un vestido que me compré porque en su día me pareció una buena idea y ahora que veo que no combina con nada de lo que tengo en mi armario, no se qué hacer con él, me estorba ahi y no quiero que desordene el orden de mi vestuario. No. Nosotros en su día también fuimos niños, y gracias al esfuerzo y sacrificio de unos padres, nuestros padres, hoy somos quienes somos. Y pienso que es justo que ese amor, ese esfuerzo y ese sacrificio que hicieron por nosotros, lo volquemos hoy en nuestros hijos.
Mil gracias Adriana por tu comentario.
Claro que sí, tu símil con un vestido que no combina me ha gustado mucho también.
¿Y si nuestros hijos llegan algún día a pensar que nosotras como madres somos ese vestido que «no les combina» y nos quieren cambiar o incluso devolver?
Ayer mi hija me dijo que cuando sea mayor ella también tendrá un blog porque trabajará conmigo.
Me pregunto qué escribiría ella en un post que se titulara algo así como «El lado oscuro de ser hija de mi madre»
jajaja pues si algún día lo escribe, me encantaría leerlo! ;p
Por cierto, me gusta mucho el nuevo aspecto del blog!! Está todo muy claro y ordenado, y fácil de encontrar 🙂