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De marido a padre.

de marido a padre

De marido a padre… de pareja a padre… de hombre a padre… de individuo a padre…

Porque ser padre, igual que ser madre, te da una identidad nueva y te transforma.

Porque ese cambio se hizo en tu corazón la primera vez que viste la cara de tu hijo tras nacer.

de marido a padre
Foto de Daniel MacInnes

Hasta entonces, sospecho que te creías que había un bebé porque le habías visto tres veces en una pantalla de ecografía en la que el ginecólogo de tu mujer decía que había brazos y piernas y en la que tú veías manchas de dudosa anatomía.

Hasta entonces, sabías que esa criatura teóricamente era parte de ti. Pero la realidad era que sólo era parte física de su madre.

Hasta entonces, sabías que se movía porque tu mujer te lo decía y ponías la mano sobre su barriga y notabas bultos o patadas.

Hasta entonces, sabías que era tu bebé porque te lo creías.

Hasta entonces, creías que tú ya sabías quien eras y te conocías.

Hasta entonces, creías que sabías dónde estaban tus límites y tus razones.

Hasta entonces, creías que eras feliz y pleno.

Hasta entonces, creías que sabías lo que era querer porque tú quieres mucho a tu mujer.

Hasta entonces, creías (o querías creer) que a ti ésto de ser padre no te iba a cambiar la vida.

 

Y entonces nació él o ella.

de marido a padreY entonces le viste. Sucio, cansado, llorando y coloradito. Desnudo y frágil. Pequeño y delicado.

Y te enamoraste. Te enamoraste de repente.

Y te lo pusieron en el regazo.

Cogiste los tres kilos más importantes de tu vida y tu norte giró.

 

Y ya nada volvió a ser igual.

Y supiste lo que era querer incondicionalmente y más de lo que habías imaginado.

Y supiste que ese bebé era y es tan tuyo como de su madre.

Y descubriste que se puede querer por encima de todo, del cansancio, de la comodidad, de la apetencia, del pasarlo bien.

Y supiste que harías todo por él.

Y supiste que intentarías que él o ella llegue a ser el mejor «él» que sea posible.

 

Y creció,

Y con la primera sonrisa que te dedicó te derritió el corazón.

Y con su primera carcajada te hizo FELIZ.

Y con su primer «papá» te dio el título que siempre habías querido tener, aunque no lo supieras.

Y con su primera enfermedad te llenó el alma de frío y miedo y viste acercarse un precipicio que no te atreves ni a explorar porque tú ya no sabes quién serías sin él.

Y con sus logos te sentiste orgulloso. Da igual si fue la primera vez que nadó sin manguitos o que arrancó la bici sin ruedines.

Y con sus lágrimas te sentiste triste.

Y con sus rebeldías y retos te llevó a límites que no conocías.

Y con sus ocurrencias te reíste mucho, hasta llorar.

 

Y conforme siga creciendo, ¿Quién sabe?

 

[bctt tweet=»Una cosa es clara. Ser padre, te cambia el corazón, la vida y la identidad.» username=»cestaland»]

 

 

Este post va dedicado a mi marido, mi compañero, mi equipo, mi apoyo, mi sustento, mi ancla, mi amor, mi amigo, el mejor papá del mundo para mis hijos.

Yo soy Ana Monente Mozaz (Ana Cestaland), farmacéutica y madre de familia numerosa de tres hijos que me enseñan e inspiran cada día.

Desde 2005 tras el mostrador de mi farmacia en Paseo Anelier 18 en Pamplona ayudando a cuidar y mejorar la salud de nuestros pacientes.

En 2012 creé con mucha ilusión Cestaland (regalos para bebés y embarazads) y este blog Cestaland de maternidad y salud infantil. ¡Bienvenido!

Este blog busca ser una ventana al mundo para dialogar sobre maternidad, crianza, embarazo, parto, bebés. Intentando aportarte consejos útiles y muchos trucos acumulados estos años para ayudarte en el reto que es la gran aventura de la maternidad.

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