Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Frases que no debes decir a tu hijo (parte 1)

frases que no debes decir a tus hijos
Hace tiempo leí un artículo sobre frases que no se deben decir a tus hijos. Nunca.
Ser madre/padre es difícil. A veces tienes que trabajar, ordenar la casa, limpiar, cocinar, planchar, poner lavadoras, etc y todo esto a la vez o en cuestión de un par de horas.
 
 
Tus hijos no son conscientes de esto.
No tienen ni idea de que hay que hacer todas estas tareas “domésticas”. No saben que te pasas media tarde del domingo planchando no por gusto, sino porque el lunes ellos tienen que ir a clase con los polos del uniforme y las batas planchadas, los zapatos limpios y las mochilas preparadas.
La mayoría de las veces es en esos momentos de agotamiento o stress cuando perdemos los nervios o la perspectiva y acabamos diciendo a nuestros hijos frases o palabras que no es bueno que oigan ni reciban.
 

En el artículo del que te hablo destacan unas cuantas frases a evitar con tus hijos:

 
 

DÉJAME EN PAZ:

Déjame en paz es despectivo, suele venir acompañado de un grito o incluso un gesto de apartar físicamente a la persona a quien se lo dices.

 

¿Qué puedes decirle a tu hijo en lugar de esta frase?

Puedes explicar a tu hijo que en ese momento estás haciendo una tarea muy urgente. Incluso, explícale por qué es tan urgente y dile algo así como “Tengo que planchar dos camisas más para terminar y entonces me sentaré para que me expliques lo que me estás contando, ¿vale?” La respuesta probablemente sea: ”No, ahora…”. Aquí mi consejo es seguir la técnica del disco rayado, que consiste en repetir el mismo mensaje exactamente en el mismo tono exactamente todas las veces que sean necesarias hasta que el interlocutor capte el mensaje. La técnica del disco rayado es una técnica de atención al cliente pero con los hijos sirve de maravilla.

 

NO LLORES.

Aquí yo debo entonar el “mea culpa”. Yo esta frase se la digo a mis hijos mucho… sobre todo por la mañana para intentar ir al cole…
En el artículo la equivalen a “no estés triste”, “no seas bebé” o “no hay que tener miedo”. Yo no creo que sean lo mismo pero para el ejemplo de hoy, nos vale.
 
Cuando decimos a un niño “no llores” estamos menospreciando sus sentimientos. Tu hijo llora por alguna razón. Puede ser que simplemente esté cansado o aburrido pero seguramente, llora porque algo le hace sentirse mal. Sí, simple, lo sé… pero es que es así. Tu hijo se siente mal por algo, no quiere aceptar una situación, se siente agredido o con miedo y lo expresa con el llanto (o a veces con el enfado).
 

¿Qué puedes hacer cuando tu hijo llora?

Lo primero que te recomiendo es intentar empatizar con tu hijo. No le juzgues. Intenta mantener la calma. No te crispes e intenta averiguar cuál es la razón de su llanto.
Si es cansando, ayúdale a descansar. Si es aburrimiento, juega con él.
Para lo demás, tienes que escucharle y saber qué le pasa. Averigua qué le hace sentirse mal y le causa el llanto. Tendrás que hablar con él y acompañarle. No le impidas llorar.
 
Ayúdale a poner nombre a lo que siente y a que entienda que los sentimientos negativos no son malos, son normales y hay que tratarlos como tal.
Todo lo que sale fuera, no se acumula dentro. Si la tristeza sale por las lágrimas, no se queda en el corazón. Y la tristeza, siempre mejor fuera que dentro.
Cuando mi hijo llora por cosas poco importantes muchas veces yo le digo “No llores por eso, son cosas poco importantes y no deben llegarte al corazón. Se llora por lo que duele en el corazón y esto no debe llegar a doler en tu corazón.” No tengo claro si me entiende mucho pero yo sigo repitiéndoselo para que lo vaya integrando.
 

 ERES TAN…………

Etiquetamos a nuestros hijos casi sin querer. Una madre o padre conoce a su hijo desde que nace. Sabe que él es de determinada manera. Los bebés nacen con su carácter y nosotros lo sabemos.
 
En este caso, me parece igual de grave decirle a un niño “Eres tan…” como decirlo sobre él a otras personas. ¿Quién no hemos etiquetado a nuestros hijos alguna vez? He de confesar que a mí me ha pasado darme cuenta de que lo he hecho. Luego intento corregirlo pero al etiqueta ya está puesta y quitarla puede ser una tarea titánica.
 
Si tú le repites a tu hijo muchas veces por ejemplo “Eres tan vago”. Tu hijo, que puede ser un poco vaguete, va a acabar siendo un vago redomado. ¿Por qué? Porque tu hijo te cree. Tu hijo confía en ti. Y si tú le dices que él es “vago”, tu hijo piensa: “mamá lo sabe todo”, así que se lo cree y así forma una opinión sobre sí mismo que guiará toda su vida.
 

¿Qué puedes hacer para evitar poner una etiqueta a tu hijo?

No catalogues a tu hijo. Tu hijo es una persona y como tal, tiene unas tendencias, pero bien trabajadas y con mucha educación, puede trabajar sobre sus “defectos”, superarlos y ser magnífico.
 
No le cuelgues tú una etiqueta que luego él tendrá que quitarse. No abuses de su confianza en ti. Usa esa confianza para sembrar en el corazón y la cabeza de tu hijo afán de superación y buenos hábitos. Valora sus atributos buenos e intenta impulsarlos.
 
Y sobre todo, etiqueta los actos, no a las personas.
Por ejemplo: un niño al que le cueste compartir sus juguetes. Si su madre le repite “Eres tan egoísta”. ¿Qué va a ser ese niño toda la vida? Egoísta probablemente.
 
Sería mucho mejor que su madre le diga: “No te gusta compartir tus juguetes, ¿verdad? Lo entiendo porque dejar tus cosas a otros niños cuesta mucho porque da miedo que te los puedan romper o que se los lleven. ¿Qué te parece si empezamos intercambiando juguetes y así vas viendo que compartir es divertido, hace sentir bien a los demás y sobre todo a ti mismo porque te permite hacer amigos y jugar con los demás? Así además, verás que los otros niños no van a romper ni quitarte tus juguetes, sólo quieren divertirse un ratito”

 

En ese caso, la madre no ha juzgado al niño, no le ha etiquetado de “egoísta” pero le ha dejado claro que no compartir es negativo y que compartir, en cambio, tiene sus ventajas.

El siguiente capítulo de éstas frases aquí.

menús infantiles semanales

Yo soy Ana Monente Mozaz (Ana Cestaland), farmacéutica y madre de familia numerosa de tres hijos que me enseñan e inspiran cada día.

Desde 2005 tras el mostrador de mi farmacia en Paseo Anelier 18 en Pamplona ayudando a cuidar y mejorar la salud de nuestros pacientes.

En 2012 creé con mucha ilusión Cestaland (regalos para bebés y embarazads) y este blog Cestaland de maternidad y salud infantil. ¡Bienvenido!

Este blog busca ser una ventana al mundo para dialogar sobre maternidad, crianza, embarazo, parto, bebés. Intentando aportarte consejos útiles y muchos trucos acumulados estos años para ayudarte en el reto que es la gran aventura de la maternidad.

También te puede interesar

2 comentarios

  1. Gracias por tu comentario Maite!
    Sí, no es nada bonito que no te dejaran llorar… Ánimo y muchas gracias otra vez!

  2. Lo de no llores es super frustrante, a mi de pequeña me tapaban la boca porque lloraba muy sonoramente y es un poco triste, no estoy traumatizada pero no es bonito…. Me parecen super bien los consejos que dan Ana. Felicidades por tu blog!!! me encanta 🙂

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

once − nueve =

Regalos para bebés y embarazadas